domingo, 11 de julio de 2010

Escapada al levante

Con motivo del paso de Jacque Fresco y Roxanne Meadows por España durante su "The Venus Project World Tour", una gira de conferencias internacionales que están haciendo por el mundo para difundir el Proyecto Venus, decidí asistir a Valencia, donde pasarían a dar la charla y aprovechar para pasar unos días por el levante, haciendo algunos tramos andando en plan mochilero.

El viernes 9 por la noche embarqué en un bus hacia la capital de las naranjas y las horchatas, pasando la noche en el autobús, para llegar el sábado 10 por la mañana a casa de Rafa y Alicia, que me recibieron con los brazos abiertos. Comer algo y salir a pie hacia la politécnica, donde se celebraría la conferencia. Inspirador verlos en persona, hacer ruido sobre el movimiento y conseguir haber llenado la sala paraninfo de la ETSII, pero decepcionado porque no cuentan nada nuevo y siempre repiten los mismos discursos enlatados y las mismas historias. Aunque sí me quedo con una idea que no había escuchado antes y que me parece muy buena: Los casquetes polares se podrían usar como enormes y naturales despensas, para abastecer comida hasta que se necesite por alguna catástrofe natural en algún otro lugar del globo. Tras la conferencia, y con el libro de Jacque "Lo mejor que el dinero no puede comprar" de regalo, por parte de los voluntarios de la organización del evento, del Movimiento Zeitgeist España, que realizaron una gran labor, vuelta al casco histórico. Total andado durante el día, unos 10 km.

El domingo, después de despedirme de Rafa y Alicia y aprovisionarme de algunas frutas, cogí un autobús hacia Denia, donde era el invitado de Dennis, y me pegué un chapuzón en el mediterráneo levantino (¡por primera vez!). Cocinó una exquisita pasta con pollo, champiñones y queso gratinado e intentamos dormir, si nos lo permitían las celebraciones futboleras.

De Viaje Levante
El lunes decidí ir hasta Jávea, andando, por la mañana, dejando a la derecha el macizo Montgó. Comí algo por su playa, que me gustó más que la de Denia y acabé tan cansado que volví a Denia en autobús, por el otro lado del macizo kárstico, que me habría gustado atravesarlo, pero habiendo recorrido más de 16 kilómetros, estaba cansado como para subir sus 700 y pico metros.

De Viaje Levante
Merecía más la pena descansar para el martes, pues cogí un autobús de Denia a Calpe por la mañana temprano, y anduve de Calpe a Altea, donde comí, y luego de Altea hasta Benidorm. En total más de 21 kilómetros. Bus a Alicante y de ahí a casa.

Está de más agradecer enormemente la hospitalidad a los anfitriones mencionados, gracias a la red Couch Surfing, que conecta viajeros de todo el mundo con el objetivo de intercambiar voluntariamente "techo" entre sus usuarios, en forma de sofá o a veces colchón, y siempre con una sonrisa.